¡Feliz cumpleaños...!

En esta fecha de alegría, la más importante para nosotros, le deseamos un feliz cumpleaños a nuestra querida Silvia Corzo, no sin antes agradecer a todas las personas que le enviaron sus mensajes de felicitación a través de nosotros y de Facebook, los cuales ya han sido entregados a la bella homenajeada.

A continuación les presentamos la transcripción del reportaje que Silvia concedió a la revista Femme, en su edición de octubre.

Silvia Corzo, al natural

Por: Cristy Jiménez

Hablar con Silvia Corzo es un aprendizaje permanente. Su pasión por enseñar aflora como parte de su esencia. Madre, abogada, periodista y conferencista, asegura que le gusta educar y ha encontrado en sus profesiones la forma de hacerlo.

Por eso combina su trabajo en Noticias Uno y Veredicto, con talleres para periodistas y presentadores. "Desde que comencé a trabajar en la oficina jurídica de Caracol, la gente empezó a conocerme, no sólo como presentadora, sino como abogada. A partir de ese momento inicié la sección 'En todo su derecho', y las consultas no se hicieron esperar. De alguna manera, era una profesora que buscaba explicar en poco tiempo un tema de la manera más práctica para la gente del común".

Combinado con esto vinieron las clases de presentación, una propuesta de Rafael Poveda. Así fue como un grupo de compañeros empezaron a dictar talleres prácticos de presentación de televisión y a descubrir el talento de la docencia.

Asegura que una de las grandes lecciones que ofrece a sus estudiantes es mantener la autenticidad. "Todos tenemos un talento para comunicarnos, y es una habilidad que se puede desarrollar. Pero lo más importante es que las personas sean genuinas. Cuando la gente intenta imitar a otros, se nota".

_______________________

"Soy una mujer clásica, como en el cine de los años 50", comenta Silvia mientras se acomoda sus rizos y termina de prepararse para la sesión de fotos. Su mirada y sonrisa reflejan serenidad.
_______________________


En medio del debate

Como todos los lunes a las 10:40 p.m. (desde hace nueve meses), Silvia Corzo enfrenta temas polémicos en Veredicto, el programa de debate que modera. Se trata de una especie de juzgado, en donde expertos opinan sobre un tema propuesto cada semana. Así, dichas personalidades exponen su ideas y las defienden. Al final, a través de una votación virtual, el público entrega su veredicto.

¿Dios existe? ¿Se deben endurecer las penas contra los conductores borrachos? ¿Debe mantenerse la inversión en seguridad nacional para combatir el conflicto armado en Colombia? ¿Está de acuerdo con el matrimonio homosexual? han sido algunas de las temáticas elegidas para la controversia.

"Es un programa muy exigente de hacer. Para mí es todo un reto. Tengo que estudiar y prepararme muchísimo para estar al nivel de los debates. Este proceso me ha enseñado muchas cosas: estar más concentrada, manejar un tema importante sin desviar ningún punto de vista, que al televidente le quede claro y le aporte conocimiento, todo esto sin perder la imparcialidad".

Respetando las diferencias

"A veces no entiendo por qué somos un país tan intolerante. Me gusta mucho que haya invitados muy apasionados con sus posiciones, pero las discusiones se hacen en un marco de respeto absoluto. Cuando hacemos las pausas para los comerciales (fuera del aire) sigue el debate. No necesariamente terminan siendo amigos, pero escuchan sus diferencias. Tienen visiones opuestas, pero también hallan puntos en común".

Para Silvia, la diversidad de opiniones enriquece un tema. "Cuando todos están de acuerdo, no se generan cambios, ni se puede ver con la misma profundidad. Lo que buscamos es que aunque la gente tome su 'veredicto', siempre enriquezca sus conocimientos y perspectivas".

Luchando por la imparcialidad

Pero ¿cómo manejar la imparcialidad en temas tan polémicos y apasionantes? "Me ha pasado que, por ejemplo, si tengo una posición sobre el tema, trato que la gente no lo note, porque me gusta ser imparcial, y creo que lo he logrado, porque a veces me preguntan '¿y usted con quién estaba de acuerdo?' Yo pienso: 'Ah, entonces no se notó'".

"A veces yo he estado ceñida a mi posición, pero escuchar al otro me ha hecho cuestionarme y pensar que esa persona también tiene la razón. Es curioso. Como las votaciones son en vivo, a veces a nosotros mismos nos sorprenden los resultados".

"Recuerdo el programa de Gilma Jiménez (q.e.p.d.), hablando del consumo de drogas psicotrópicas y la reglamentación de la dosis mínima de drogas sintéticas. Ella se enfrentaba contra Armando Benedetti, y los dos tenían posiciones muy contrarias pero inteligentes, y uno no sabía qué decidir".

"El de la existencia de Dios me gustó mucho, porque a pesar de ser tan radicales, en los cortes de comerciales, tanto los creyentes como los no creyentes, fueron muy respetuosos y se hacían preguntas mutuas. Honestamente, tengo que confesar que todos me han gustado, y aprendo mucho cuando estoy ahí. Soy la más beneficiada" (risas).

En ese momento debemos hacer una pausa. De regreso pregunto: ¿Caracol o Noticias Uno? "Las dos han sido grandes escuelas para mí. Soy abogada, y lo que sé de periodismo es porque lo he aprendido en el camino".

"Admiro la valentía de mis compañeros. Ellos siempre están pensando en la utilidad de la noticia, en el servicio que están prestando cuando la sacan, más que en el riesgo personal. Publican noticias que podrían costarles su seguridad, su tranquilidad y la vida, pero para ellos, la verdad está primero".

¿Extraña algo de Caracol?

"Mis amigos que se quedaron allá. Vivíamos casi 24 horas juntos. Es tanta la cercanía, que se termina convirtiendo en una familia. Extraño mi sección 'En todo su derecho'. Aunque suene raro, uno extraña la adrenalina que se genera en un sitio en donde todo el tiempo está hablándose de noticias y última hora. Uno se puede volver adicto al estrés".

"A veces me siento demasiado tranquila, y me acuerdo que así quería estar. Siempre se extrañan cosas de todos los lugares".

En familia

Hablemos de don Otto, el nuevo miembro de la familia. "Es una preciosura. Es arrugadito". Se refiere a la mascota, un bulldog francés. "Tiene tres meses. Ya había tenido un perro hace tiempo. Sé lo que es cuidar a otro ser vivo y las responsabilidades que conlleva".

"Mi hijo, Pablo, desde hace tiempo venía pidiéndome un perrito, pero no estaba tan segura de que él fuera a quererlo tanto. No sabía si era un capricho. Sé que no tiene la edad para hacerse cargo de un perro, pero sí por lo menos del respeto, de entender que es un compañerito en la casa".

"¡A Pablo le ha ido muy bien! A él le toca la mejor parte: hace la siesta con Otto y juega con él. La que lo enseña a ir al baño, le da la comida y se levanta en la noche cuando el perro llora soy yo, pero es parte del proceso" (risas).

¿Cómo es Pablo?

"Mi hijo tiene 12 años y es un niño muy independiente, muy maduro. Ha vivido conmigo siempre. Yo me divorcié cuando él iba a cumplir dos años, era muy pequeño. Uno generalmente como padre aprende mucho más de los hijos. Es muy juicioso. La verdad, hablamos las cosas. No le impongo nada, sino que hacemos aportes y acuerdos. Es tranquilo y muy buen compañero. Me enseña más a mí que yo a él".

¿Qué piensa del divorcio cuando los hijos están pequeños?

"Depende de cómo se vea. En el caso de Pablo, no tiene ni buenos ni malos recuerdos. Es malo porque no sabe lo que es tener la pareja de papás en su vida familiar. Es una desventaja. Pero es bueno porque nunca vio a sus padres en las diferencias que los llevaron al divorcio. Finalmente, todos los papás del mundo tienen diferencias, y sus hijos a veces los ven pelear y a veces ser felices".

¿Cuáles son sus hobbies?

"Últimamente, dormir es uno de mis placeres. Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de los beneficios y la falta que hace descansar. Cuando uno trabaja tanto, tiene un hijo pequeño y todo es tan intenso, se valora el tiempo de descanso. Procuro hacer planes tranquilos. No soy rumbera, ni salgo mucho ¡por eso estoy trabajando en un noticiero los fines de semana por la noche! -O si no, no sería capaz"- (risas).

"También he aprendido a pasar tiempo conmigo misma. Hago cosas que me gustan sólo a mí. Si quiero, veo una película, leo, descanso, hago ejercicio y me reúno con la familia. Ahora tengo más tiempo para eso".

¿Qué extraña de la gastronomía de su Santander natal?

"Extraño muchas cosas: la arepa santandereana, que me gusta tanto y aunque aquí se consigue, debo decir que no se prepara igual. La artesanal, que se prepara a mano allá es diferente. Es la criollita, y uno se la puede comer fresquita (a veces me las envían, pero saben diferente)".

¿Cómo es la decoración de su hogar?

"Es muy curioso que en una época me la pasaba comprando revistas para tener nuevas ideas y decorar mi casa. Compraba accesorios especiales, y de pronto me dije 'voy a decorar la casa para mi hijo y para mí (como nunca nadie viene)'. Por eso encontrarás letreritos con frases en las paredes, mi comedor está diseñado a un nivel bajo, mi cama también, y me siento muy cómoda".

"Realmente no es una decoración. Es el resultado de un proceso personal. Hubo un momento en que sentí la necesidad de conectarme con mi 'yo' interior, y descubrir cosas mías".

_________________________

Reflexiones de periodismo con Silvia Corzo

+ "Creo que los televidentes de noticieros no se dejan engañar fácilmente y son muy exigentes. El televidente busca cosas de calidad y es muy crítico. Busca siempre la verdad y no perdona los errores".

+ "En televisión, la gente busca los programas de denuncias, los ve con buenos ojos. No sé si es bueno o malo. Hay personas que creen que la única manera de ser escuchados es si lo hacen público en los medios, de ahí la acogida".

+ "Hay una cosa que no me he podido explicar. A pesar de que critican las noticias negativas, entre una noticia buena y una mala, tiene más rating la mala".

+ "Con algunas noticias, duele la Patria, pero más que nada se siente impotencia. Uno la dice, la expone, pero no sabe si generará un cambio. Es triste ver que la noticia se repite una y otra vez con distintos protagonistas".

+ "Las secciones de noctámbulos surgieron de la necesidad de contar lo que ocurría mientras los demás dormían. Cuando empezaron a darse cuenta de que muchos delitos y situaciones sucedían en la noche, tuvieron la necesidad de informarlo. Son útiles, en el sentido de que visibilizan problemas, y eso genera conciencia en la gente. Por ejemplo, cuando comenzaron a reportar la cantidad de accidentes causados por personas ebrias al volante".